¿Aplicaciones o eBooks?, ¿lenguaje HTML5 o formato ePub3? ¿Apple o Android? Estas han sido algunas de las cuestiones debatidas en los discursos y sesiones de trabajo que tuvieron lugar en la segunda conferencia Tools of Change Bologna, evento celebrado el 18 de marzo de 2012 y enmarcado en la 49ª Feria del Libro Infantil de Bolonia. La calidad de los productos electrónicos, especialmente aquellos destinados a los niños, y el conjunto de opciones digitales que existen actualmente a disposición de los editores, han sido también temas sobre los que ha girado este evento, cuya temática se centra en la tecnología digital. El editor John A. Sellers da cuenta de todos ellos en un artículo para Publishers Weekly.

En los discursos de apertura, Russell Hampton, presidente de la empresa editora de libros y revistas infantiles Disney Publishing Worldwide, y Dominique Raccah, editora de Sourcebooks, partieron de la experiencia de sus empresas para ofrecer una visión sobre el estado actual de la edición electrónica dirigida a los niños.

Hampton señaló que uno de cada cuatro hogares en Estados Unidos tiene ahora acceso a tabletas como iPad, y se espera que esa cifra se duplique en los próximos dos años."Los niños que tienen acceso a dispositivos digitales están leyendo más", dijo, y aseguró que los productos electrónicos están atrayendo a los lectores reacios como nunca lo hicieron antes. Disney cuenta con un fuerte posicionamiento en el mercado digital debido principalmente a sus más de treinta aplicaciones disponibles y a que sus productos electrónicos aparecen regularmente en las primeras posiciones de descargas en la App Store y en otros mercados a nivel mundial. Según Hampton, “la revolución digital consiste en ofrecer a los lectores la posibilidad de elegir, al permitirles encontrar los productos que quieren, dónde, cuándo y cómo quieran”.

Por su parte, Dominique Raccah ofreció una visión del panorama general de la edición electrónica dirigida a niños e informó que las ventas de libros electrónicos de Sourcebooks aumentaron casi un ochocientos por ciento en 2011 (representando el 28 por ciento del total de los ingresos). Pero advirtió que en el caso de títulos dirigidos a niños y adolescentes representó sólo el dos por ciento de esa cifra. "La distribución física es todavía muy, muy importante", dijo Raccah, un sentimiento compartido por otros editores y que la llevan a declarar que aún estamos en el medio de "la transición que definirá el futuro del libro”.

La dificultad por competir en el mercado de las aplicaciones también fue una de las cuestiones que surgieron en varios paneles y presentaciones. Una de las conclusiones a las que se llegó fue que las aplicaciones son más caras de producir y se enfrentan a una mayor competencia que los eBooks, pero necesitan venderse a bajo precio. Los libros electrónicos, sin embargo, son relativamente baratos de producir, se venden a menudo a través de sitios web adaptados a los compradores de libros, y pueden exigir precios más altos a pesar de tener menos prestaciones.

Junko Yokota, director del Center for Teaching Through Children's Books, argumentó en contra de las aplicaciones diciendo que, además de no ser siempre fieles a la historia que narran, a veces pueden incluso "alterar" el aprendizaje, debido a la distracción que provocan sus diversos elementos interactivos.

Elizabeth Wood, directora de edición digital de Worldreader, fue la encargada de pronunciar el discurso de clausura. Worldreader es una organización sin ánimo de lucro que ofrece acceso a materiales de lectura a niños de países en vías de desarrollo. Wood aseguró que “si no tienes libros, nunca tendrás la oportunidad de convertirte en un amante de la lectura”. Según informa Wood, hasta ahora los esfuerzos de Worldreader se han invertido en el envío de dispositivos de lectura Kindle, cargados regularmente con nuevos títulos libros, a estudiantes que utilizan estos eReaders tanto en la escuela como en casa. Wood indicó que el próximo movimiento de la organización será el lanzamiento de una aplicación Worldreader, que permitirá a los usuarios tener acceso, de forma gratuita, a la biblioteca completa de esta organización, y que funcionará no sólo en smartphones o teléfonos inteligentes, sino también en teléfonos de baja gama, mucho más habituales en los países en desarrollo.