El Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe ( Cerlalc) ha celebrado en Bogotá una reunión a la que han asistido algunos de los principales especialistas sobre la lectura para analizar un documento de trabajo que se plasmará en el Manifiesto Iberoamericano sobre la lectura con el diagnóstico y las propuestas para cualificar el ejercicio de la lectura en la región.
La primera versión del documento ha sido elaborada por el poeta y ensayista mexicano Juan Domingo Argüelles que, como autor, ha destacado el interés del hecho lector y tiene el objetivo de establecer una hoja de ruta relevante para los gobiernos del área Latinoamericana en materia de lectura y escritura.
Una vez incorporados los ajustes consensuados en la reunión que tuvo lugar en Bogotá (Colombia) los días 20 y 21 de septiembre de 2012, el Manifiesto será discutido con las autoridades de Educación y Cultura de los veintiún países miembros del Cerlalc y con las entidades de la lectura, la escritura y las bibliotecas en la región como la Unesco y la OEI.
El grupo de especialistas invitados a la denominada " Mesa de lectura: leer y escribir hoy" estuvo integrado por J uan Domingo Argüelles (México); Jéferson Assumção (Brasil); Jesús Martín Barbero (España); Carmen Barvo (Colombia); Emilia Gallego (Cuba); Daniel Goldin (México); Luis González (director general adjunto de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, España); Sergio Guarín (Colombia); Roberto Igarza (Argentina); Luis Enrique López (Perú); Constanza Mekis (Chile); Yolanda Reyes (Colombia); Ramón Salaberría (España); y Eliana Yunes (Brasil).
Durante dos días los especialistas debatieron las seis líneas de acción que el Cerlalc, como organismo asesor de los gobiernos en materia de libros y lectura, considera prioritarias para fomentar la reflexión que permita a trazar rutas que lleven a los gobiernos a garantizar que toda la población tenga acceso a la lectura y escritura. Estos ejes de reflexión fueron el derecho a la lectura; la formación de lectores y sus entornos; el papel de los padres y maestros lectores; la lectura en la cultura digital y en la diversidad de soportes; y los índices de lectura y desarrollo social.
El director del Cerlalc, Fernando Zapata López, expresó que el objetivo de la Mesa de Lectura promovida por el organismo es "poner sobre la mesa las problemáticas, rutas de superación, metas e indicadores que deben ser abordados y adoptados por las instancias gubernamentales de Iberoamérica para atender el reto de dar acceso a la población a la lectura y la escritura en todos los soportes”.
Los expertos estuvieron de acuerdo en que la profundización de los cambios tecnológicos, la creciente demanda de calidad en el sistema educativo y la urgencia de garantizar el acceso universal a la información y al conocimiento plantean la necesidad de intensificar el trabajo. Durante el encuentro se reafirmó la necesidad de entender las actuales formas de leer y escribir para poder adecuar a ellas los procesos y la infraestructura educativos y culturales.
Durante la cita, los especialistas trabajaron en la elaboración de los enunciados de los principales desafíos, delinearon rutas para su superación y se propusieron metas con el fin de atender el reto de dar acceso a la población a la lectura y escritura en todos los soportes, desde diversas instancias gubernamentales y no gubernamentales.
Asimismo, el Manifiesto servirá para la investigación y consulta de gestores públicos y privados que trabajan en la democratización del acceso al libro y la formación de lectores.
En esta década, dentro del ámbito académico, ha empezado a debatirse sobre el carácter de la lectura y la escritura en el entorno digital y su relación con las exigencias del mundo analógico. En este sentido, los expertos destacaron la gran importancia que tiene encontrar rutas certeras que guíen las decisiones educativas sobre esta materia, y para lo cual es preceptivo trabajar con todos los actores que intervienen en la alfabetización y en la formación de lectores y escritores del mundo digital, teniendo en cuenta que el libro (en formato analógico o digital) no debe ser el único producto cultural en que se base la educación.
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