Cuando Apple aterrizó en Brasil, se dio cuenta de que iba a ser muy complicado utilizar su modelo de agencia en un país en el que los libros están libres de impuestos, pero los servicios relacionados con estos materiales no. A eso hay que sumar el hecho de que nadie ha podido garantizar si los controles de precio en los modelos de agencia o minorista eran legales. Por lo tanto, la compañía ha decidido utilizar su American iBookstore para vender sus libros en el mercado brasileño y en dólares estadounidenses.

Carlo Carrenho ha publicado un artículo en Publishing News Brazil, en el que analiza todos los inconvenientes que esta decisión acarrea, en especial a los usuarios-lectores brasileños.
Parece claro que el resultado final no es una Brazilian iBookstore, sino una ventana de acceso al contenido de este país a través de una tienda norteamericana. Apple ha puesto a disposición de sus clientes brasileños más de tres mil títulos en portugués. Para ello, estos tendrán que acceder a la tienda de iTunes mediante un iPhone o a través de las aplicaciones de iPad.
El primer gran problema que destaca Carlo Carrenho es el impuesto IOF que los brasileños pagan cada ver que utilizan su tarjeta de crédito en el extranjero. Al realizarse la compra en los Estados Unidos y en dólares estadounidenses, se aplicará este impuesto y cada comprador tendrá que pagar un 6,38 por ciento de más en sus facturas de la tarjeta de crédito.
Otra de las cuestiones que señala este editor y periodista, por tanto, es que las compras se deben efectuar con una tarjeta de crédito internacional. Según la asociación brasileña de empresas de tarjetas de crédito (Abecs), sólo un quince por ciento de los brasileños tiene una tarjeta que les permita realizar compras fuera del país y en moneda extrajera. Parece claro, no obstante, que la probabilidad de que alguien que tiene un iPhone o iPad en Brasil disponga además de una tarjeta de crédito internacional, es bastante alta, teniendo en cuenta las diferencias sociales del país. Aún así, Carrenho cree que se debería eliminar esta limitación, además del impacto del IOF.
Un tercer punto tiene que ver con la conversión de la divisa, ya que ésta se realiza cuando la factura de la tarjeta de crédito se cierra. Aunque últimamente el cambio se ha mantenido muy estable, señala Carrenho, el cliente sólo sabrá el precio final de su compra una vez que haya pagado la factura de su tarjeta de crédito.
Una solución podría ser que Apple ofreciese precios inferiores a los de su competencia y de esta manera salvar varios de estos problemas. “incluso el asunto del IOF podría llegar a ser irrelevante” –asegura Carrenho–. Pero parece ser que no es así. El libro de Walter Issacson sobre Steve Jobs en portugués cuesta unos diecisiete dólares. Si se realiza la conversión y se le aplica el IOF, el precio final es de unos 36,60 reales brasileños. Este título en una plataforma brasileña como Saraiva es de unos treinta y dos reales.
Este movimiento por parte de Apple se puede ver como un avance a nivel internacional, pero no parece que vaya a tener un impacto positivo en la vida de los lectores brasileños, ya que seguirán comprando libros locales en compañías nacionales como Saraiva. Esta compañía cuenta con un catálogo de once mil títulos, y a las obras que ofrece no se les carga ningún impuesto, no se necesita una tarjeta de crédito internacional y el precio final es más bajo. “Es más –continúa Carrenho– la tienda electrónica de Saraiva ofrece aplicaciones para iPad y iPhone que ofrecen una experiencia lectora a sus usuarios similar”.
Este editor cree que Apple en Brasil está interesado en vender “brillo”, y si lo que quiere es convertirse en un “jugador” relevante en la industria del libro en este país, tendrá que abrir una Brazilian iBookstore completa y con los precios en reales.
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