Common Sense Media (CSM) una organización sin ánimo de lucro de San Francisco, ha presentado los datos obtenidos de su segunda encuesta realizada sobre el uso que hacen los niños menores de ocho años en los Estados Unidos de los medios y dispositivos móviles. El uso de teléfonos inteligentes ha aumentado considerablemente en los dos últimos años y el tiempo invertido en usarlos se ha triplicado.
Katie Lepi ha publicado un artículo en Edudemic con los datos que ha considerado más destacados. El artículo contiene una infografía que ilustra la investigación.
- Tres de cada cuatro niños menores de ocho años tiene acceso a dispositivos móviles en los Estados Unidos.
- Los teléfonos inteligentes son los más utilizados y se ha pasado del cuarenta por ciento de hace dos años a un sesenta y tres por ciento este año.
- Las tabletas se utilizaban un ocho por ciento en 2011, mientras que en 2013 se ha alcanzado el cuarenta por ciento.
- El número de pequeños que han utilizado un dispositivo móvil se ha duplicado y se ha pasado de un treinta y ocho por ciento registrado hace dos años, a más del setenta por ciento en 2013.
- El consumo medio diario de dispositivos móviles se ha triplicado entre estos niños, de cinco minutos invertidos en el 2011 a quince minutos dos años más tarde.
- El tiempo que estos niños pasan delante de la televisión ha ido descendiendo en los últimos dos años, mientras que el que invierten delante de una pantalla móvil está en aumento. Aún así, de las casi dos horas que pasan delante de una pantalla, la televisión se mantiene en el primer lugar.
- El uso que hacen los pequeños de estos dispositivos es para jugar, utilizar aplicaciones o ver vídeos.
- Sigue existiendo una brecha digital entre las familias con mayores ingresos y las que no, así por ejemplo, es tres veces más probable que las primeras tengan una tableta y que más del doble tenga conexión a Internet de alta velocidad.
- Un cincuenta y cuatro por ciento de las familias con ingresos más altos utilizan uno de estos dispositivos para contenidos educativos, mientras que solo un veintisiete por ciento de las familias con ingresos más bajos lo hace.
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