Existen estudios sobre el número de suscriptores a la edición digital de una revista, el número de libros que tiene publicados un determinado número de escritores y la manera que han elegido para editarlos, incluso los ingresos que han acumulado en un año. Pero lo que muchos se preguntan es cuántos libros se han vendido. Mercy Pilkington arroja algo de luz en torno a esta cuestión en un artículo publicado en GoodeReader.

En primer lugar, Pilkington informa de que los autores no pueden revelar en ningún caso este dato, debido principalmente a los términos y políticas de empresas como Amazon y Barnes & Noble que prohíben dar abiertamente la cifra de ventas exactas. Divulgar esta información está totalmente prohibido –continúa– tanto si se publica un post en un blog, como un simple mensaje en Facebook.
La escritora Susan Wingate publicó en su propio blog que estaba vendiendo más títulos en Barnes & Noble que en Amazon y en poco tiempo el gigante minorista bloqueó su cuenta argumentando que violaba los términos impuestos por la compañía. A la autora no sólo se le denegó el acceso a los tres títulos que tenía publicados en KDP, sino a los veintiún libros que había escrito, aunque no se encontraban dentro de esta sección.
Cuando JK Rowling sacó su primera novela bajo el pseudónimo de Robert Gilbraith las ventas apenas alcanzaron los mil quinientos ejemplares, pero este número se disparó una vez desvelada la verdadera identidad del autor. Esto viene a demostrar –explica Pilkington– que el número de libros vendidos no influye en la decisión de los lectores para adquirir un libro.
Por lo tanto –concluye Pilkington– las únicas personas que se pueden beneficiar de esta falta de transparencia son aquellas que tienen algo que ocultar, o peor aún, se trata de una forma de hacer dinero a costa de que no todo el mundo puede acceder a esa información.
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