A partir de la visita realizada por Joanna Cabot, habitual colaboradora de Teleread, a su bibliotecas pública, esta profesora y periodista especializada comparte en un artículo su relato de todos los cambios que en los últimos años ha experimentado su biblioteca y por extensión la mayoría de las bibliotecas públicas.
Lo primero que destaca Cabot es el hecho de que los bibliotecarios desempeñan más funciones y no sólo están en la mesa de préstamo, sino que además han añadido quioscos de autoservicio y son una fuente de información sobre programas, club de lectura y otros servicios.
En su biblioteca pública se han renovado también los espacios –informa Cabot. Ha desaparecido el área de libros de referencia y se ha cambiado por una sala con mesas en las que estudiar o incluso trabajar en grupo, además de habilitar otro espacio acristalado para impartir los programas y cursos.

Reconoce que no le gustó demasiado la idea de sustituir el área de publicaciones periódicas, como las revistas, por una sala con ordenadores, aunque al mismo tiempo reconoce que son una herramienta necesaria y de la que algunas personas carecen.
En definitiva, le gustan estos cambios y cree que son una forma de reconquistar y atraer a más usuarios. Aplaude el objetivo de convertir actividades como la firma de un libro en un tiempo dedicado a las personas que conforman la comunidad. Es consciente de lo útiles que son los programas de fomento de la lectura que se imparten sobre todo los dirigidos al profesorado además de apreciar el concepto de biblioteca pública como un espacio en el que trabajar sin tener que pagar dinero.
Pero al mismo tiempo, no puede dejar de añorar aquellos libros antiguos que llenaban sus estanterías.
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