Las barreras territoriales para la venta de libros electrónicos se eliminarán con el tiempo, pero esto no sucederá a corto plazo, porque la industria necesita adaptarse al nuevo panorama. Este concepto figura entre las conclusiones del Censo Digital de The Bookseller 2014, basado en una encuesta a 1.100 personas en el negocio editorial, que avanza este medio especializado.
Del mismo modo, los editores auguran que las ventas de libros electrónicos supondrán una tercera parte del total en 2020. Sus previsiones en los últimos años se han vuelto más conservadoras y el ritmo de crecimiento de lo digital se modera, lo que hace pensar que el mercado se estabiliza tras los años de expansión.
Los encuestados esperan que sus ventas de libros electrónicos sigan creciendo, pero a un ritmo menor que en los últimos años. Hay quienes opinan que el mercado ha alcanzado ya la madurez; otros creen que es natural una estabilización. Lo cierto es que muchos opinan que en 2015 el libro digital superará el diez por ciento de las ventas y que en 2020 alcanzará la tercera parte del mercado del libro. Los dos últimos años estas expectativas eran mucho más optimistas y auguraban la mitad del mercado para lo digital al finalizar la década.
Los editores identifican ciertas barreras que impiden que las ventas de libros electrónicos sean mayores. La mayor limitación que detectan es que los clientes quieren contenidos gratuitos (37,6 por ciento de los encuestados) y descubribilidad (36,7 por ciento). Promocionar más los libros (26,1 por ciento) y mejorar las plataformas de venta de los minoristas contribuiría a un aumento de las ventas. Una cuarta parte de los editores (24,3 por ciento) cree que los lectores aún no están preparados para el contenido digital.
No parece haber acuerdo en lo referente a qué porcentaje deberían suponer las royalties. Más de la mitad cree que deberían ser iguales que en el libro impreso, pero alrededor de un tercio (36,6 por ciento) opina que deberían ser mayores. El resto (12,2 por ciento) sostiene que menores.
Tampoco hay consenso en cuanto a los DRM (Digital Rights Management) que protegen los libros electrónicos de la copia ilegal. Uno de cada cinco editores (19,8 por ciento) asegura que ya los han eliminado de sus libros y un tercio (33,5%) ha considerado hacerlo. Pero casi la mitad no (46,7 por ciento).
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