El Gremio de Autores de los Estados Unidos exige que se pague el cincuenta por ciento de los ingresos de los libros electrónicos a sus asociados y para conseguirlo ha hecho un llamamiento a escritores y agentes. Este movimiento se encuadra en una iniciativa presentada por este gremio a la que ha denominado fair contract initiative [iniciativa por un contrato justo].
Esta postura ha sido respaldada por la Sociedad de Autores del Reino Unido y por su director ejecutivo, Nicola Solomon, que ha manifestado su total apoyo a lo presentado por sus homólogos estadounidenses.
El Gremio de Autores lanzó esta iniciativa “por un contrato justo” a principios de 2015 alegando que los contratos no se correspondían con los cambios que había experimentado el sector del libro en los últimos tiempos.
Algunos de los autores más vendidos han conseguido el cincuenta por ciento de los ingresos de sus libros –afirma esta asociación–pero siempre se les pide acuerdos de confidencialidad para mantener esos términos en secreto.
El comunicado de este gremio, según recoge Philip Jones en un artículo publicado en The Bookseller, asegura que autores y editores han mantenido siempre unos estándares de equidad de las ganancias en los libros impresos, incluso ha habido casos aislados en los que las proporciones han sido aún mayores para los escritores.
Pero los contratos que hoy se hacen a los autores son de un veinticinco por ciento de los ingresos de los libros electrónicos, y por esta razón este gremio de escritores cree que es necesario que autores y agentes estén dispuestos a crear una masa crítica y a luchar por conseguir ese cincuenta por ciento de los ingresos de los libros electrónicos. Además, esta asociación espera que aquellos autores más vendidos sean los primeros en enfrentarse a los editores en nombre del resto de sus compañeros.
Por último –añade Jones– el Gremio de Autores también criticó a Amazon por utilizar su dominio en el mercado del ebook y exigir grandes descuentos a los editores para rebajar el precio de los libros electrónicos, incluso vender a pérdida, ya que es algo que no favorece esta lucha por conseguir un contrato justo.
Para finalizar, Jones informa que muchos editores rechazan la creación de una tasa estándar,con el argumento de que los contratos que existen ya son lo suficientemente flexibles.
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