Durante la Cumbre sobre Educación para el Desarrollo celebrada en Oslo, se acordó la necesidad de hacer las cosas mejor y de manera conjunta para poder conseguir una educación inclusiva, equitativa, de calidad y de permanente aprendizaje para todo el mundo. Este llamamiento va dirigido a gobiernos, organizaciones de educadores, la sociedad civil, los empresarios y a todos aquellos que tengan alguna vinculación con el sector de la educación –informa Rebecca Winthrop en un artículo publicado en Brookings.
Uno de los puntos clave de este encuentro fue el llegar a un acuerdo para favorecer una unión en aras de conseguir una mayor financiación en la educación. El objetivo de esta cumbre, en el ámbito económico, es el de revertir la tendencia negativa en el apoyo internacional a la educación y contribuir a mejorar los recursos internos de cada país.
Durante el debate, se destacó la existencia de un déficit de financiación anual de treinta y nueve mil millones de dólares, lo que supone una gran brecha entre lo que se dispone de los presupuestos nacionales y lo que se necesita que aporten fuentes externas para apoyar la educación desde las primeras edades hasta la educación secundaria, sobre todo en estados con ingresos bajos o economías débiles. En definitiva –señala Winthrop– se necesita más financiación pero también es preciso hacer un mejor uso de los fondos ya existentes.
El mensaje principal en la cumbre ha sido el de trabajar de forma conjunta para conseguir este objetivo y para ello, se anunció la creación de una alianza diseñada precisamente para conseguirlo.
La cumbre eligió como documento base sobre financiación el creado por Liesbet Steer y Kathryn Smith de Brookings en el que se ofrecen unas recomendaciones que Ban Ki Moon y la primera ministra noruega, Erna Solberg, recogieron para crear una Commission on the Financing of Global Education Opportunities. Dicha comisión estará convocada por los jefes de estado de Noruega, Indonesia, Chile y Malawi. Se ha nombrado a Gordon Brown como cabeza visible y dirigente de esta comisión, no solo por su trabajo en el sector, sino también por su experiencia sobre la financiación para el desarrollo –añade Winthrop.
También se dialogó sobre la necesidad de crear mecanismos para ofrecer educación a niños que viven en contextos críticos. Se hizo especial hincapié en la importancia de la calidad de la enseñanza y el aprendizaje y en hacerlo llegar a niñas en situaciones de marginación. Para ello se acordó la creación de redes docentes de calidad, abordar las barreras del sector privado para conseguir material de lectura de calidad y ponerlo en las manos de aquellos niños en situaciones desfavorecidas, además de ofrecer un enfoque nuevo que otorgue mayor poder y liderazgo a niñas y mujeres.
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