La Fundación Germán Sánchez Ruipérez, en su misión por avanzar en la definición de un concepto contemporáneo de lectura, ha puesto en marcha en los últimos meses varios proyectos entre los que se cuenta el ciclo de conferencias sobre diversas formas de lectura, denominado Leer el mundo. También ha lanzado Relectores, para el repaso de las experiencias lectoras desde ámbitos profesionales muy diversos; Lectylab, una nueva plataforma para la capacitación de quienes trabajan en el fomento de la cultura lectora, en la cual hay ofertas vinculadas a las matemáticas o la arquitectura; una exposición sobre la relación entre la lectura y las artes plásticas.
La idea de que leer es una actitud vital, crítica y comprometida que permite crecer y encontrar inspiración para una vida más plena inspiró el ciclo Leer el mundo que seis grandes maestros de la cultura ofrecieron en Casa del Lector entre abril y mayo de 2015.
La programación del ciclo Leer el mundo, que se desarrolló entre el 7 de abril y el 28 de mayo en Casa del Lector, el centro de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez en el complejo Matadero Madrid, se fundamentó en la idea de que no solo se leen los libros.
De esta manera,Alberto Manguel abordó el tema Leer imágenes; Carlos García Gualse centró en Leer la mitología; Ramón Andrés se ocupó de Leer la música; Elsa Fernández Santos se aproximó al tema Leer el cine; José Manuel Sánchez Ron abordó Leer la ciencia y Adela Cortina desarrolló Leer la ética.
Alberto Manguel, cuyo seminario trató de cómo leemos las imágenes que nos rodean, sean imágenes artísticas o comerciales, sostiene que “el verbo leer no se refiere únicamente a la lectura de texto, a la lectura de letras” puesto que “venimos al mundo leyendo, creyendo encontrar narraciones en los paisajes, en las caras de los otros, en las constelaciones”.
En su opinión, venimos al mundo como animales lectores, creyendo reconocer en el mundo historias y narraciones. Por eso, a partir de ciertos vocabularios personales y sociales –familiar, religioso, mitológico, literario, simbólico, político– damos coherencia al texto iconográfico, sea una pintura, un cartel publicitario, un monumento, una escultura, una instalación.
Para Carlos García Gual, tras las líneas de un libro “hay un sentido que el lector debe averiguar” y debe hacerlo desde diferentes perspectivas o enfrentándose a mundos diversos como son la pintura, la mitología, la ciencia…”. En el ciclo ha pretendido que se entiendan los mitos como narración imaginativa, como algo que configura “un universo imaginativo que perdura por los siglos y que se presta a reinterpretaciones sucesivas”.
Ramón Andrés, afirma quesi la lectura se hace a través de la música, del arte, “es una manera de ordenar y de expresar ese mundo interpretado”. Su seminario se propuso ofrecer una visión distinta de la historia musical y evitar la parcelación que comúnmente lleva a centrar su desarrollo entre los siglos XVIII y XX, a partir de pensar el sonido de la naturaleza; ver cómo eso se vuelve entre los seres humanos una imitación y de ahí parte la música hasta que llega a constituir “una base no solo de difusión de las ideas sino también un lenguaje paralelo”.
Adela Cortina, en sus encuentros sobre Leer la ética, abordó tres claves fundamentales: la de la felicidad, la del deber y la de la responsabilidad por la vida compartida. Considera que “a fin de cuentas la ética es una manera de entender el mundo” pues “siempre comprendemos el mundo desde valoraciones éticas”.
Por su parte, Manuel Sánchez Ron, subrayó que su mirada sobre el mundo es “sobre todo una mirada a través de la ciencia”. En sus charlas sobre Leer la ciencia se ocupó de exponer que se trata de “una disciplina que busca estudiar los fenómenos que existen en la naturaleza y aquellos inventos producidos con esos conocimientos”. Hizo un recorrido por las grandes aportaciones científicas a través de los libros y artículos paradigmáticos que se han publicado a lo largo de la historia de la ciencia. De esta forma, presentó un “canon científico” básico, en el que resaltó los diferentes estilos literarios.
Elsa Fernández Santos, en Leer el cine, planteó el ciclo a través de la lectura metafórica de tres géneros hegemónicos del cine clásico norteamericano: el cine negro, el western y la comedia romántica como una manera de indagar en tres miradas a esta rama del arte. Cree que durante mucho tiempo el cine ha sido una ventana a la historia, a la ética y a muchísimas otras cosas. De esta manera procuró descubrir las claves de decenas de películas inscritas bajo un orden común “que nos permite leer más allá de la pantalla”.
En tanto, el ilustrador Max, diseñador del logo del ciclo, explicó que empezó a pensar en metáforas visuales del mundo y entonces comprendió que el mundo es la totalidad, donde el símbolo es un círculo. Los círculos son también ruedas y por tanto giran y no están nunca en el mismo sitio ni son siempre lo mismo. Dentro de esa totalidad resaltó tres elementos básicos como son la percepción, la imaginación y la interpretación.
Los datos bio-bibliográficos de Alberto Manguel, Carlos García Gual, Ramón Andrés, Elsa Fernández Santos, José Manuel Sánchez Ron, y Adela Cortina pueden consultarse en este enlace.
Desde sus orígenes, en 1981, la difusión y extensión de la cultura del libro y de la lectura, en todos sus soportes y manifestaciones, ha sido el centro de la actividad de la Fundación, en la que el protagonista fundamental siempre es el lector.
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