Los veintiún países que componen el Grupo Iberoamericano de Editores (GIE), una alianza que aglutina a todas las asociaciones del gremio y cámaras del libro de habla hispana, junto a Portugal y Brasil, han publicado la Declaración de Barcelona, un manifiesto firmado en el marco de la feria LIBER, que se acaba de celebrar en la Ciudad Condal,mediante el que se quiere garantizar la libre circulación, a todos los niveles, de las obras escritas.
Con la firma abogan por la eliminación de cualquier tipo de traba que impida el tránsito del libro (obstáculos arancelarios, aduaneros, fiscales, administrativos); y, por tanto, de la cultura y el pensamiento.
Según recogía hace unos días el diario EL PAÍS, la propuesta va a ser presentada también en la próxima cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Organización de Estados Americanos. Mediante ella se quiere reforzar el papel de los millones de lectores en español y portugués con un plan permanente de fomento de la lectura y el libro aún más sólido, a la vez que se trabaja en un nuevo diseño de acciones eficaces contra la piratería.
Daniel Fernández, vocal del GIE, aboga por conseguir que todos los países hispanos sean libres a la hora de producir literatura y estén regidos bajo las mismas leyes de mercado. Según el mismo diario, algunos expertos ya evaluaban un aumento de la facturación del libro en castellano de entre el 5 y el 10% si se conseguían alcanzar los objetivos que se persiguen con la Declaración de Barcelona.
En la misma jornada, Alex Correa, presidente de Lectorum Publications, describía con sinceridad las pautas básicas que los libros en español deben de cumplir para ser distribuidos en EEUU: "que no aparezcan textos con "vosotros" sino con "ustedes", ni culo ni mierda: en su contexto es muy soez. Y en las ilustraciones nada de sexo, alcohol ni cigarrilos. ¿Censura? Las escuelas y bibliotecas rechazan libros con esos contenidos". A la vez advertía de la necesidad de incrementar el número de traducciones y de ediciones en rústica, ya que estas favorecen un abaratamiento del producto final y por tanto un potencial aumento del número de compradores.
La Feria LIBER, que se ha celebrado hasta el pasado 14 de octubre, ha cerrado su edición 2016 con un "balance comercial satisfactorio y optimisma", según sus organizadores. Congregó a más de quinientos prescriptores profesionales internacionales de unos sesenta países. Entre ellos, los representantes de veintiseis de las mayores bibliotecas de EEUU y de algunas de las grandes empresas distribuidoras de libros chinos y japoneses. Trescientos cuarenta y seis editoriales han expuesto sus catálogos y servicios en los 3.250 metros cuadrados que han visitado casi diez mil personas. Entre las actividades se han ofrecido mas de ochenta y cinco conferencias en las que han intervenido más de ciento cincuenta ponentes.
[Imagen: LIBER 2016] |