La jueza federal Denise Cote, que ha presidido el caso sobre la fijación de los precios de los libros electrónicos en el Departamento de Justicia (DOJ) de los EE.UU., ha aprobado una propuesta de acuerdo para solucionar las acusaciones que se habían presentado en contra de HarperCollins, Hachette y Simon & Schuster. ¿Cuáles son los cambios que podrán verse? ¿Bajará o subirá el precio de los eBooks? De estas y otras cuestiones se ocupa Laura Hazard Owen en un artículo publicado en Paid Content.

Según los términos del acuerdo, estas tres editoriales tendrán siete días para rescindir sus contratos con Apple. Además, deberán poner fin a los acuerdos con otros minoristas como Amazon. Una vez tomadas estas medidas, las editoriales y los minoristas podrán reanudar nuevos contratos. Como explica Laura Hazard Owen, ante la llegada de las próximas vacaciones muchos son los editores y distribuidores que buscan con rapidez sellar nuevos acuerdos para no dejar escapar las ventas. Este es el caso de HarperCollins, que ha entrado en negociaciones con minoristas, y de Amazon, que ya está actualizando sus títulos.

En lo que se refiere a los precios, los minoristas están liberados de cualquier restricción que se produzca sobre ellos. Por lo que, como ya vaticinó la periodista en abril, lo más probable es que se produzcan grandes descuentos en los bestsellers de estas tres editoriales y que Barnes & Noble y Kobo se vean obligados a coincidir con esos precios si quieren competir.

La pregunta inmediata es que sin esta protección ¿cómo competirá Apple? Mike Satzkin explica en su blog cómo el gigante de la manzana nunca ha tenido que ceñirse a los precios competitivos en sus productos básicos y este confiesa que le sorprendería que Apple se viera metido en una lucha de precios para mantener su lugar. “Eso es algo para lo que la empresa no está entrenada” –opina.

Aunque se permitirán promociones de precios del tipo “compra uno y llévate otro gratis” o ciertas suscripciones, la jueza está de acuerdo con el DOJ sobre la eliminación de servicios de suscripción del tipo “todo lo que pueda leer” o “precios especiales para clubes de lectura”, entre otros. En todo caso, estos son temas, apunta la periodista, que están todavía sobre la mesa.

Las restricciones o excepciones han sido varias, señala Laura Hazard Owen. Por ejemplo, Macmillan y Penguin no tienen firmar nuevos contratos. Tampoco Random House, a la que no se nombró en la demanda del DOJ. Sin embargo, es posible que tengan que bajar sus precios si quieren competir.

El modelo de agencia se ha declarado legal; la diferencia ahora, explica la periodista, es que los minoristas pueden rebajar el precio de los libros de la forma que crean precisa.

Pero, no obstante, existen algunas excepciones. El acuerdo, por ejemplo, permite a HarperCollins, Hachette y Simon & Schuster negociar contratos nuevos que incluyan un compromiso por parte del distribuidor de eBooks según el cual los gastos relativos a descuentos y promociones que añada el minorista no excederán la comisión total que se le otorgue en virtud de un contrato de agencia, en el que el editor fija el precio del eBook y el minorista se ve compensado mediante una comisión. Los editores también podrán negociar contratos de un año que impidan que los minoristas realicen ventas acumulativas de libros con pérdidas, durante el período que dure el contrato.

La duda surge, explica Laura Hazard Owen, sobre cómo tendrán que informar los minoristas a las editoriales de que no están vendiendo con pérdidas. Michael Cader ha explicado en un artículo en Publishers Lunch, que si un editor quiere asegurarse de que un minorista no se ha excedido en sus descuentos, sería necesario que el segundo proporcionase los datos sobre las unidades vendidas y a qué precios, información que como explica este periodista, los minoristas nunca han proporcionado y cree que se mantendrán firmes en este asunto.

Para finalizar, la periodista plantea la duda de si los precios de los libros electrónicos subirán, algo que según se señala en el acuerdo, podrían hacer las editoriales sin ningún impedimento. Así por ejemplo, HarperCollins, Hachette y Simon & Schuster podrían aumentar en unos seis dólares el precio de sus eBooks y un minorista como Amazon tendría que pagar a esos editores una comisión más alta y descontar su eBooks más aún, en caso de que el minorista quiera ofrecer grandes descuentos.