|
El escritor Lorenzo Silva intervendrá en la quinta fase de Territorio Ebook, prevista para otoño de 2011, con su nueva novela. Silva es un autor muy reconocido, con presencia habitual en los medios de comunicación españoles y algunas de sus novelas han tenido adaptación cinematográfica o televisiva.
La colaboración de Silva con la Fundación Germán Sánchez Ruipérez se deriva -como en el caso de otros autores que han participado en el proyecto Territorio eBook- de su especial predisposición a asumir los desafíos de la experimentación en un ámbito fronterizo y lleno de incertidumbres. Por otra parte, como ha ocurrido en anteriores ocasiones, como con Luis García Jambrina, Daniel Monedero u Oscar Pérez, Lorenzo Silva también tiene un discurso propio en lo relativo a la lectura digital.
Esto se pudo comprobar el pasado martes, 28 de junio, cuando el autor participó en la Jornada de Comunicación del Proyecto de Investigación “La influencia de los nuevos dispositivos electrónicos en el fomento de la lectura” que tuvo lugar en La Casa Encendida (Madrid), organizada por la Red de Bibliotecas Obra Social Caja Madrid.
En esta jornada el director del Centro de Desarrollo Sociocultural de la Fundación, Javier Valbuena, presentó el enfoque general y los últimos hallazgos de Territorio eBook, el proyecto de investigación sobre la lectura digital de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez.
La Red de Bibliotecas Obra Social Caja Madrid ha desarrollado un ambicioso proyecto de investigación sobre la lectura en eReaders con la dirección técnica de Pura Fernández y José Antonio Millán. Se trata de una experimentación sobre el préstamo de eReaders en una red de bibliotecas, cuyas conclusiones pueden consultarse en la red.
Lorenzo Silva llevó a cabo una interesante intervención en la cual desgranó sus razones para digitalizarse:
1. Digitalizar las obras no afecta (hoy por hoy) a los royalties de su obra en papel. Digitalizar es una señal positiva para los lectores y abre la posibilidad al creador de obtener unos ingresos complementarios (aunque sean aún marginales) frente a la nada (si no hay digitalización) o si ésta es tripulada por otros.
2. Se trata de la herramienta más poderosa para que un autor mantenga actualizado su corpus creativo; de tal manera que la dicotomía fondo y novedad queda arrasada con los libros digitales. Amén de que las obras estén limpias de erratas, actualizadas, se puedan añadir materiales…
3. Para la divulgación de la obra, en uno de los frentes que hay que actuar es en el precio. El libro digital tiene unos costes, pero inferiores que el papel. El libro digital no puede ser gratis, tiene un coste, porque vale y cuesta, pero ese precio puede ser muy inferior.
Habría que erradicar los DRM porque complican el tráfico, generan problemas: la regulación es necesaria pero sin penalizar al lector ni al cliente singular con la barrera del DRM.
4. Ofrece a un autor en español acceder, potencialmente, a 500 millones de personas. El libro digital permite la difusión instantánea y rompe las barreras de renta que impiden llegar a otros lectores.
5. Tratar de romper la tendencia a una imagen de la literatura como una actividad arcaica, incapaz de adaptarse a los tiempos. Hay que indagar en la realidad, explicar sus pliegues, explorarla… no se puede hacer literatura alejada del mundo.
6. En cuanto a los resultados. En tres meses de explotación de una oferta piloto (Lorenzo Silva ha digitalizado parte de su obra) se pueden adivinar una serie de perspectivas:
En el primer mes, de los 21 títulos digitalizados de su obra le compraron mil ejemplares y ninguno de ellos era novedad; luego existe la posibilidad filosófica de un mercado.
Desde un punto de vista cualitativo, le escribieron lectores que le confesaron que hasta ese momento habían leído libros suyos digitales pirateados, que solían leer libros digitales pirateados e, incluso, hubo quien desveló que se dedicaba a piratearlos. Estas personas valoraron la buena calidad de los textos, el esfuerzo realizado y la iniciativa del autor. Esto ha de ser fuente de reflexión.
Silva desarrolló una reflexión en torno a si la digitalización está produciendo o producirá modificación en la propia creación literaria y concluyó que sí, que ya lo está haciendo y que esta tendencia irá a más. Dependerá de la permeabilidad del creador pero empiezan a percibirse vías: los llamados textos enriquecidos.
El autor se define moderado partidario de enriquecer la lectura. Siempre que tenga sentido; no añadir postizos, porque serían un estorbo, e hizo la comparación con el contenido extra de los deuvedé (nadie lo ve, puntualizó). Aunque sí que se pueden concebir textos literarios teniendo en perspectiva su enriquecimiento.
En cuanto a la generación de nuevos formatos, el autor opina que es posible que este nuevo soporte induzca su aparición. Nos es muy difícil disociar la novela moderna de la invención de la imprenta y la generalización del libro impreso, por ejemplo.
El soporte digital, la tableta, permite el resurgimiento de antiguos patitos feos del mercado editorial: la poesía y la narración breve.
La facilitación del vínculo que favorece el libro electrónico. En el formato ePub es muy fácil administrar las notas a pie de página, consiguiendo buenos resultados (idas y venidas al texto sin interrupciones).
Por otra parte, la interacción con el lector: con el libro electrónico la interacción es instantánea y rápida, se reciben opiniones, se puede compartir la creación lo que es enriquecedor para el autor, el lector y la novela.
Sobre la digitalización en la biblioteca:
El autor manifestó su apoyo a la biblioteca: debe seguir siendo uno de los espacios en los que encontrarse lectores, obras y autores. Se trata de un activo cultural y social irrenunciable, luego hay que preservarla, potenciarla y conservarla.
El espacio digital genera problemas tecnológicos, vinculados con derechos, con la circulación de las obras… La biblioteca, como garante de acceso a la información y a la cultura para aquellos que no tienen medios, es el espacio de solidaridad y de cierre de justicia en el sistema. Por tanto, son problemas que tenemos que abordar todos juntos: autores, editores, bibliotecarios…
Silva refrendó la importancia de afrontar un papel activo en la redefinición de la biblioteca con arreglo al espacio digital; es función de todos respetar y poner en valor la función social de la biblioteca y es función de la biblioteca respetar a la persona que crea y el valor de la propiedad intelectual. Porque redefinir la biblioteca en el espacio digital es una batalla que hay que ganar, también, por los lectores. |
