Nuevas acciones de Amazon como el retraso de los envíos y el aumento de los precios han puesto a la comunidad literaria en pie de guerra, que pide incluso la intervención del Gobierno ante un poder que parece no encontrar rival en en la industria editorial. 

La batalla –explican David Streitfeld y Melissa Eddy en un artículo publicado en Bits, el blog de The New York Times– está librándose a través de los libros físicos. Sobre todo entre el gigante minorista y la editorial Hachette, de la que es imposible conseguir un título que vaya a publicarse en los próximos meses. Una táctica que está utilizando la empresa de Jeff Bezos contra Bonnier Media Group en Alemania.

Incluso el Gremio de Autores acusó al minorista de actuar de forma ilegal: “Amazon tiene un claro poder de mercado y está abusando de él para mantener e incrementar su posición dominante”.

En el caso de Alemania, Christian Schumacher-Gebler, presidente ejecutivo de Bonnier, dijo que las principales editoriales que pertenecen a su grupo estaban observando retrasos en las entregas desde hacía varias semanas. Amazon por su parte confirmó –añade el artículo– que estos retrasos estaban directamente relacionados con las negociaciones en curso sobre las condiciones en el mercado de los libros electrónicos. En definitiva –aseguran ambos periodistas– ninguna firma en la historia de los Estados Unidos ha ejercido el control que tiene Amazon sobre el mercado de los libros.

James Patterson, uno de los escritores de mayor venta de país, calificó el enfrentamiento entre Amazon y Hachette de guerra y escribió en su perfil de Facebook que las librerías, las bibliotecas, los autores y los libros se sienten atrapados en el fuego cruzado de esta guerra económica y añadió: “Si este es el nuevo estilo americano, entonces quizá haya que cambiarlo de inmediato y cuanto antes, incluso echando mano de la ley si fuera necesario”. Las novelas de este escritor –concluye el artículo– que deberían lanzarse en los próximos meses, son imposibles de adquirir a través de Amazon, ni en su formato impreso ni en el digital.