Una investigación realizada en el Reino Unido sobre las prácticas y la ética de los medios de comunicación ha recomendado la creación de un órgano que autorregule mejor a los medios. Dicha investigación ha pasado por alto los blogs y las redes sociales por no ser tan populares ni tener el peso suficiente para considerarlos medios de comunicación.
El juez Leveson, responsable de la investigación, ha hecho declaraciones en las que opina sobre los niveles informativos que tienen estas herramientas de la Web 2.0., que estima que son bajos, tal y como recoge el periodista Robert Andrews en un artículo publicado en PaidContent.
En su definición de los medios de comunicación no deja sitio al concepto de blog y descarta la posibilidad de que estos puedan producir contenido como un periódico: “[…] no se debe olvidar el hecho de que la mayoría de los blogs los leen muy pocas personas. De hecho, muchos no se leen esperando encontrar noticias, sino opiniones, por lo que se deben considerar como tales” –defiende Leveson.
Según Robert Andrews hoy por hoy no se pueden catalogar los blogs como meras revistas de opinión. Muy a menudo se les considera sistemas de gestión de contenidos para la publicación de noticias, opinión, cotilleo, periodismo de investigación de alta calidad o informes difamatorios. Los mismos contenidos, tan excelentes o vergonzosos, que emiten las grandes empresas de noticias, añade este periodista.
Muchos editores son cada vez más populares y están ganando influencia gracias a sus blogs. Es más, señala Andrews, la mayoría de los editores de periódicos también tienen los suyos propios.
Por lo que respecta a las redes sociales, este juez opina que todas permiten a cualquier persona difundir y discutir noticias, información y comentarios. Pero sostiene, que a pesar de su extraordinario crecimiento, como ocurre con la mayoría de los blogs, son muy pocas las personas que leen los perfiles de Twiter o de cualquier otra red social.
Estas consideraciones pasan por alto, infiere el periodista, no sólo a lo rápido que saltan al conocimiento público las noticias que se distribuyen a través de los perfiles sociales de las mismas editoriales de prensa, sino también a los efectos masivos que puede tener sobre una noticia un “aficionado” a través de su perfil personal. Más adelante, es el mismo juez el que parece contradecirse cuando reconoce que las redes sociales tienen suficiente peso para alterar a las propias editoras de noticias.
A la luz de todo ello, este periodista se plantea la pregunta siguiente: si los blogs y las redes sociales no han de estar bajo el auspicio del proyecto de prensa de este juez, ¿quién los va a regular? Y comenta cómo servicios de internet proporcionados por Google, Facebook o Twitter se han comprometido a actuar de acuerdo a la legislación, en este caso, del Reino Unido, y en muchas ocasiones se ha eliminado contenido que la justicia ha considerado ilegal. Aún así, continúa en su argumentación Robert Andrews, este juez cree que en muchas ocasiones para cuando se ha emitido una resolución en lo referente a una denuncia y se ha podido eliminar el contenido difamatorio, el daño a la víctima que se ha agraviado ya está hecho.
Por último, según el artículo comentado, el juez Leveson añade que si los medios sociales fuesen periódicos tendrían que trabajar bajo los estándares de la normativa establecida. “Aunque las redes sociales no compiten con los periódicos en cuanto al público, los ingresos o la publicidad, a menudo publican información que un medio tradicional no podría publicar conforme a las normas establecidas de autorregulación” -dice.
Aunque Leveson está al corriente de todas la áreas en las que se está probando la ley para que se mantenga al día en este universo 2.0, Robert Andrews se muestra convencido de que éste no era el cometido de su investigación en lo que a estándares de prensa se refiere.
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