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Pablo Barrena, colaborador del programa SOL y coordinador de la Red de Selección señala en estas breves reflexiones el posible impacto de la promoción de la lectura literaria de calidad en la primera infancia sobre aspectos que se ponen de manifiesto a lo largo de la trayectoria educativa de los niños.
A continuación reproducimos el texto de Barrena para Lectura Lab.
Lectura y literatura infantil: un apunte
Esta es una visión sobre el fomento de la lectura literaria en el ámbito de la primera etapa de la infancia. Se trata de considerar necesitados de motivaciones específicas a los niños que avanzan con dificultad en ese proceso de formación.
Es preciso favorecer intensamente el aprendizaje de la lectura literaria entre los de nivel más bajo, pues ya en la primera infancia, como bien se sabe, existe una diferencia inevitable en capacidades, influencias y actitudes. Se suelen dar muchas razones al analizar las circunstancias de los que parecen destinados a ser no lectores, pero no dejan de ser tópicas e inasibles: ¿es la familia, la escuela, el círculo social, la biblioteca, son todos en conjunto?
Los informes internacionales relativos a índices de lectura confirman lo que señala la observación subjetiva: en porcentajes altos, si leen los padres leen los hijos. Pero, entonces, ¿cómo inciden en esta práctica la escuela infantil y la biblioteca escolar? Si ponemos todo el esfuerzo, mediante acciones de diversa índole, es posible superar los obstáculos familiares y socioculturales para ayudar al sector más frágil de la población infantil. Como hablamos de lectura literaria, la mejor manera de realizar esa labor consiste en juntar a los menos capaces con los más capaces y que compartan libros muy interesantes y de calidad.
Sabemos que el folclore y los cuentos de tradición popular contribuyen a formar lectores cuando hay ternura, intención y voluntad. En condiciones interactivas similares, lo hacen igualmente las buenas obras de literatura infantil actual. Son libros de múltiples registros creativos y de varios géneros. Desarrollan, con gracia y enfoque artístico dirigidos a la mente de los niños, fábulas, poesía, relatos. Es una producción constante, la presentan numerosas editoriales y se halla en las cuatro lenguas españolas.
Por ejemplo, álbumes sencillos, de fácil comprensión y bien construidos ofrecen ilustraciones y el sentido narrativo apropiado para sumergir deliciosamente a los niños en una vivencia cercana. Es importante para ellos verse retratados en esas historias: cómo han dado los primeros pasos, qué les pasa al principio y después en la escuela, los juegos, las salidas a los parques, el encuentro con los demás niños, y tantos otros momentos de sus múltiples experiencias.
Disponibles en bibliotecas y librerías, esta clase de sugerentes y amables obras, de contenido e intenciones literarias, crean en el niño la apetencia de otras semejantes, ricas en imágenes y textos. Consecuentemente, le impulsan a leer el mundo circundante y ser receptivo de la materia educativa. Son relatos, poemas, secuencias bien concebidos y bien elaborados, y, tal se ha dicho arriba, se encuentran en las colecciones editoriales, pero es preciso seleccionarlos cuidadosamente entre tanta producción.
A través de revistas y páginas web se accede a las fuentes de información. Saber seleccionar y/o conocer esos cauces, además de tener afán, cada vez más frecuente en la familia y la sociedad, significa estar en el meollo de la enseñanza para la comprensión y disfrute de la lectura literaria. Esto es algo que se refleja claramente en la maduración individual de los niños, en particular de los menos dispuestos a recibir tal aprendizaje.
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