La entrevista se puede ver en el vídeo adjunto y a continuación se transcribe el reportaje completo.
¿Cuál es la diferencia entre el concepto de imagen del siglo XX y el del siglo XXI?
En el sentido amplio tendríamos que decir que la imagen del siglo XX fue fundamentalmente analógica y la del siglo XXI digital. Pero no es tan simple. Es decir, el siglo XX lo que ha hecho es instaurar de modo progresivo un régimen cada vez más pantallocrático. Primero a través del cine y la televisión y luego, en el último tramo del siglo XX, con la aparición de las tecnologías digitales. Ese régimen pantallocrático ha ido dando paso a esa imagen virtual, a esa imagen mediatizada por dispositivos tecnológicos que lo que hace es que el espectador cuestione cada vez más los límites entre realidad y simulacro, entre ser y estar, entre ver y mirar, que son conceptos que se han vuelto ambiguos o líquidos en su resolución.
¿Educación en la mirada o educación en la imagen?
Tanto en la imagen como en la mirada la educación es fundamental. Es decir, tenemos que ir hacia un nuevo espectador que tiene una mirada más crítica y sobre todo más creativa. Y creativa en términos performativos.
Ahora se habla de un espectador productor, un espectador con la capacidad de enfrentarse a las imágenes a partir de un conocimiento de los dispositivos que las han producido y que ese conocimiento genere en él la capacidad y a veces también el ansia por intervenir en esas imágenes y generar mediante esa intervención dispositivos críticos en ellas. Tanto si hablamos de quien es capaz de crear imágenes “ex nihilo” [desde la nada], aunque ese concepto sea casi de resonancias románticas como aquel que parte de la reelaboración, remezcla, mashup [combinación] de imágenes, como lo entendemos hoy.
La imagen en la educación, ¿cómo utilizarla con una generación digital?
La experiencia dice que lo primero que tenemos que hacer es no infravalorarlos y tenemos que hacer el esfuerzo de ponernos a su nivel. Porque, desde luego, su manera de comprender y de enfrentarse a las imágenes, después de más de cien años de imágenes en movimiento y de transformación del régimen visual, no es como la nuestra.
Y luego es muy importante que ellos conozcan el funcionamiento de los dispositivos de producción de imágenes –que conozcan todo ese proceso que va de producción, distribución, recepción, archivo de imágenes– que vean hasta qué punto ellos pueden participar en ese proceso.
Fundamentalmente yo siempre hablo de una educación performativa, de una educación en la que emisor y receptor de conocimientos están en un continuo intercambio, en una continua renegociación de sus jerarquías, y eso siempre es positivo a la hora de formar ese espectador con la capacidad para cuestionar. Sería tender a ese espectador emancipado del que hablaba [Jacques] Rancière, que fundamentalmente es un espectador con la capacidad de cuestionar de modo permanente las trayectorias visuales o las trayectorias educativas que intentamos imponerles desde las instituciones.
¿Podemos leer, interpretar el mundo, a través de las imágenes?
Bueno, desde luego la lectura va ser fragmentaria y yo creo que hay que asumir desde el principio que partimos de ese componente fragmentario, de ese componente de inestabilidad, de metamorfosis, de cambio perpetuo. Asumir que toda visión del mundo, toda imagen todo discurso no debe afrontarse, digamos, en términos dogmáticos, como se afrontó en determinados momentos del siglo XX, y a veces asumir esa especie de precariedad pienso que es el primer paso para luego tener la capacidad de elaborar discursos más fuertes, discursos más poderosos, discursos que de alguna manera inciten a la acción.
A mí me interesa que, ante cualesquiera imágenes del mundo seamos capaces de plantear alternativas a imágenes y discursos que se pretenden hegemónicos, a cualquier discurso de legitimación que venga desde las instituciones. Y luego, efectivamente, contraponiendo tu contradiscurso con otros, se supone que a partir de ahí el espectador será capaz de desarrollar sus propias narrativas, sus propias identidades y sus propias respuestas frente a esa realidad.