La cadena de libros británica WHSmith acaba de lanzar el lector electrónico Kobo Mini por tan sólo treinta libras, unos treinta y cinco euros, a las que hay que añadir cinco libras más en bonos de compra, lo que reduciría aún más este precio. Aunque no es uno de los mejores eReaders del mercado, Paul St John Mackintosh explica en un artículo publicado en TeleRead que esta puede ser una gran oportunidad para hacer llegar estos dispositivos a estudiantes sin recursos.
Kobo Mini cuenta con una pantalla de cinco pulgadas, un procesador 800MHz y 1GB de capacidad, ampliable a 2GB. Esto ha provocado que muchas de las opiniones que se han vertido sobre él no hayan sido muy positivas.
Para Mackintosh un precio como el que ofrece WHSmith resulta cuanto menos interesante, si se tiene en cuenta que hay libros electrónicos que superan el precio del dispositivo. Con la salvedad –continúa–, de que la compañía defiende la idea de que los ebooks que adquiere el consumidor son de su propiedad, puede hacer con ellos lo que quiera y no se encuentra “encerrado” a ningún dispositivo o empresa.
Pero lo que más destaca este periodista es la posibilidad de que el gobierno británico distribuya estos lectores electrónicos tan baratos entre las comunidades más desfavorecidas que no pueden acceder a ellos. De esta manera –concluye–, no se podrá hablar de que la lectura electrónica es un hábito reservado para unos pocos. La educación en el país necesita un empujón –concluye–, y ofertas como éstas pueden ser de vital importancia. |