Hay quien dice que sin neutralidad en la red los niños podrían verse bombardeos por las páginas web comerciales y se eclipsarían otros contenidos en línea. Pero para aquellos que la defienden, entre ellos los bibliotecarios, creen que medidas que atenten contra esta neutralidad podrían frustrar la innovación y hacer que servicios de entretenimiento gocen de un posicionamiento privilegiado frente a otros contenidos.

El Tribunal de Apelaciones de Washington dictaminó hace un mes que la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) no tenía autoridad para imponer reglas de neutralidad a los proveedores de servicios de internet (ISP), lo que supondría que ciertas compañías podrían pagar a estos servidores para garantizar una distribución más rápida de sus contenidos.
Lynne Bradley, directora de la Oficina de Relaciones Gubernamentales de la ALA, dijo que las bibliotecas no están dispuestas a que servicios de entretenimiento como los que ofrecen empresas como Disney tengan prioridad sobre otros contenidos.
Si no existiesen ciertos principios de neutralidad, los niños tendrían acceso a contenidos diferentes dependiendo del distrito escolar en el que se encuentren –advierte Frances Jacobson Harris, bibliotecario de la University Laboratory Hight School en el estado de Illinois, en un artículo publicado en The Digital Shift. En su opinión, la FCC debería actuar para redefinir internet como una empresa de transporte de información y utilidad públicos, a fin de garantizar la entrega de contenidos iguales.
En un comunicado de prensa, la diputada Anna G. Eshoo, miembro de la subcomisión de las comunicaciones y la tecnología en los Estados Unidos, comenta que internet ha sido libre y abierto, lo que ha significado un pilar sin precedentes en el crecimiento de la economía del país y en los movimientos sociales a nivel mundial. Por lo que con el reciente fallo que se ha emitido –concluye– el concepto de una red abierta tal y como se conoce en estos momentos, podría sufrir un duro golpe.
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