Es habitual hablar de la capacidad de la nueva generación para moverse con comodidad en el entramado de las multitareas ya que han nacido y crecido en un momento de constante estimulación y de aparición de un montón de dispositivos. En lo relativo a la educación se plantea la duda de si hay que permitir y fomentar esta tendencia o por el contrario hay que centrar a los alumnos en la realización de una sola actividad cada vez.
Un artículo de Katie Lepi publicado en Edudemic, analiza los pros y contras del fenómeno de la multitarea a partir de una infografía realizada por onlinecollege.org y estas son algunas de las conclusiones:
- Algunos estudios demuestran que solo un dos por ciento de las personas pueden realizar varias tareas con eficacia.
- Para el resto de la gente, realizar varias acciones a la vez puede ser más perjudicial que beneficioso en referencia a los resultados que se buscan.
- La tecnología empuja a que la multitarea sea incluso más ineficaz.
- Un cuarenta y cinco por ciento de los trabajadores encuestados cree que tienen demasiadas cosas que hacer en sus trabajos, pero aún así, un ochenta y nueve por ciento utiliza su teléfono inteligente durante sus horas laborales.
- Aquellas personas que trabajan delante de un ordenador se distraen cada diez minutos y medio de media.
- En el aula, algo más de un sesenta por ciento de las páginas web que abren los estudiantes, no están relacionadas con la clase.
- En los Estados Unidos, mientras la gente ve la televisión, un cuarenta y dos por ciento realiza búsquedas en internet, un veintinueve habla por teléfono y un veintiséis por ciento envía mensajes.
- Un sesenta y siete por ciento de las personas comprueba su correo durante una cita, un cuarenta y cinco por ciento mientras ve una película o una obra de teatro y un treinta y tres por ciento en misa.
- Los estudios han demostrado que el distraerse con regularidad puede disminuir el coeficiente intelectual en diez puntos.
- Un empleado de oficina pierde unas dos horas al día en distracciones.
- Intentar concentrarse en más de una cosa, disminuye la productividad en un cuarenta por ciento, lo que equivale a estar insomne una noche entera o a perder más de quinientas cuarenta horas al año.

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