Haber crecido con tecnología personalizada ha hecho algunas cosas muy fáciles para los adolescentes de nuestros días y muchos de estos llamados nativos digitales son expertos en comunicación a través de medios sociales y mensajes de texto.
Estos jóvenes utilizan aplicaciones tales como Uber, personalizada para los usuarios y que les permite completar tareas complicadas (como desplazarse de A a B en una ciudad extraña) pulsando un solo botón.
Sin embargo, programas como Outlook y Excel –los caballos de batalla de la vida corporativa moderna– les parecen primitivos, extraños, y complicados, en opinión de Chris Pope, director de Estrategia en la compañía de servicios tecnológicos ServiceNow, señala Lucy England en un artículo que publica en Business Insider.
Pero hay algo peor –agrega la periodista. Muchos adolescentes son incapaces de usar Google de manera eficiente. Un estudio entre alumnos de la universidad Wesleyan de Illinois citado por Time encontró que sólo el 23 por ciento (siete de 30 entrevistados) fueron capaces de llevar a cabo una búsqueda bien ejecutada en Google.
Un comentario en el sitio Inside Higher Ed, dirigido a la educación superior, ha dicho a cuenta del estudio que "Básicamente no tenían ni idea sobre la lógica que subyace en cómo el buscador organiza y muestra los resultados".
En consecuencia –agrega–, los alumnos no sabían cómo construir una búsqueda que les devolviera buenos resultados. (Por ejemplo, limitando la búsqueda a artículos, o consultas en bases de datos específicas, tales como Google Book Search o Google Scholar).
"Creo que el mito del «nativo digital» realmente ha explotado", ha dicho a Inside Higher Ed el líder del proyecto, Andrew Asher. "Sólo porque has crecido buscando cosas en Google no significa que sabes cómo usar Google como una buena herramienta de investigación" –apuntó.
El estudio de la universidad Wesleyan de Illinois fue encargado para descubrir por qué los estudiantes parecen ser tan malos investigando. Comienza por señalar que la mayoría de los alumnos es incapaz de encontrar la biblioteca del campus, y los que lo consiguen no saben pedir ayuda a un bibliotecario.
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