Distribuidores europeos de contenidos digitales evaluaron los desafíos actuales de la industria del ebook en Europa durante Readmagine, la Semana de la innovación digital de la lectura y los libros, celebrada del 8 al 12 de junio de 2015 en Casa del Lector. Asimismo se contó con la presencia de algunos proyectos iberoamericanos que presentaron el estado de la cuestión en sus países.
Antonio Tombolini, CEO, StreetLib (Italia)
Mi opinión es que a este respecto el análisis debería ser bilateral. Creo que la tendencia de ciertos editores a buscar soluciones por sí mismos sobre el problema de la distribución de sus títulos en diferentes canales es debida a que nuestras plataformas no están resolviendo correctamente sus necesidades.
Como distribuidores creo que tenemos que mejorar constantemente los servicios de nuestras plataformas en varias direcciones: los elementos básicos de la logística digital del documento; lo relativo a la seguridad del documento en nuestras plataformas y en la oferta de instrumentos estadísticos significativos a los autores o editores para mejorar el proceso de administración, etcétera.
Desde otro punto de vista, algunos editores tienden a evaluar la realización o compra de los títulos desde una perspectiva poco ambiciosa. Son conscientes de que para conseguir los servicios de la plataforma de distribución deben pagar una comisión. Calculan, entonces, que cuando llegan a un cierto volumen de ventas el valor crece y se engañan a sí mismos pensando que la mejor solución consiste en invertir una sola vez para poder desarrollar una plataforma y, de esa forma, ahorrarse mucho dinero.
Esto no es así, ya que la plataforma de distribución no exige una inversión única sino que consiste en la actualización constante y en el cambio y adición de características y elementos con carácter periódico. Para mí no tiene sentido, por muy grande que sea la editorial, invertir dinero de esta forma para hacer efectiva la distribución del catálogo de un único editor.
Así pues, yo creo que, a pesar de que esta tendencia empiece a ser preocupante para algún distribuidor, no hay que sobreestimar el problema, porque en el largo plazo los distribuidores se darán cuenta de que deben mejorar constantemente sus servicios e incluso los editores o grandes editores percibirán que es preferible obtener el valor añadido de los distribuidores que gastar dinero en tratar de lidiar con las demandas de un mercado en rápida evolución.
El distribuidor se encuentra en una posición favorable con respecto al editor debido a que este último solo proporciona una mínima parte del conjunto de catálogos de libros que hay disponibles, mientras que el distribuidor, que trabaja con múltiples editores, tiene acceso a estadísticas pasadas y a un amplio campo de información. Creo que, como distribuidores, entendemos el nuevo papel a desempeñar que es requerido por los minoristas y por los editores en términos de poder ver todas las partes del mercado y de, a su vez, incluirlas dentro de estos modelos de negocio que describía anteriormente.
Por todo ello creo que los distribuidores tienen la oportunidad de diferenciarse de la capacidad que tiene el editor de hacer por sí mismo y el desafío es el de ser capaces de adaptar estos nuevos modelos y de ofrecer algo que los editores no están en situación de hacer por sí mismos.
Ocurre lo mismo con libros impresos [que con los ebooks] porque nosotros, los distribuidores, tanto si nos centramos más en la venta a librerías independientes o a las grandes plataformas, cuanto más valor le demos a nuestra plataforma encontraremos más editores con los que trabajar.
Hoy en día estamos vendiendo muchos libros impresos a tiendas que solían ser competencia pero a los cuales ahora les proporcionamos los libros.
David Fernández, CCO, Lektu (España)
Somos un jugador extraño en este contexto, ya que estamos aquí para proporcionar a editores herramientas para poder vender directamente a clientes. No tenemos problema incluso si venden sus productos con diferentes precios en sus páginas web o en Amazon.
Por el contrario, si usan las formas tradicionales de contactar con librerías nos hace pensar que deberían de tener un punto de ventas propio pero no queremos que sean ellos mismos ese punto de venta, sino ser nosotros quienes se lo proporcionemos.
El principal problema que tienen los editores con los distribuidores es que los distribuidores solo les venden información estadística sobre ventas y los puntos de venta de esos libros pero nada sobre quiénes son sus clientes, de dónde vienen, qué es lo que más leen, lo qué les gusta y mucha más información que les sería útil a los editores para el ámbito del marketing.
Hoy vemos cómo los editores realizan sus propias aplicaciones pero, en mi opinión, lo hacen porque están intentando encontrar una solución, tienen miedo a ser mezclados con otros editores en una plataforma de distribución como Bookolico u otras que aún estén por llegar al mercado.
Susan Breeuwsma, Manager Business Development Media & Digital Services, CB Digital (Holanda)
Que los editores tengan su propia plataforma de distribución no se ve muy a menudo debido a la gran cantidad de desafíos que tienen en este mercado. Su principal preocupación es la intentar hacerlo todo por sí mismos, incluso la distribución mejor y más barata posible, y eso no debería ser el centro de su negocio.
Si nosotros podemos proporcionales eso, ayudándoles a realizar la distribución pero al precio adecuado, creo que podría ser una asociación perfecta. Sin embargo, el coste es siempre la cuestión principal, porque el mercado está complicado hoy en día, por lo que debemos de ser transparentes con el valor añadido, ya que no es solo mover ficheros hacia otros minoristas sino que es mucho más que eso y veo el ‘business intelligence’ como un nuevo servicio que los distribuidores podrían ofrecer a los editores, porque sería demasiado para que los editores hicieran todo esto por su cuenta. |