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El Centro Internacional para la Investigación, el Desarrollo y la Innovación de la Lectura-Casa del Lector es el nuevo proyecto que la Fundación va a abrir en Madrid. Para adecuar sus más de 7.000 metros cuadrados dedicados a los lectores se ha tenido que trabajar con la arquitectura y la semántica. Para ello ha buscando propuestas ambiciosas y arriesgadas en ambos campos.
En el espacio físico de Casa del Lector, la Fundación ha optado por huir de lo espectacular, para perseguir lo potente y lo innovador. En cierto sentido, un símbolo de este enfoque se ejemplifica en los puentes que unen dos de los edificios, en una solución arquitectónica que engarza también con la semántica.
Germán Sánchez Ruipérez, presidente de la Fundación que lleva su nombre, ha definido estas estructuras gigantescas conectándolas con el universo de la lectura y los lectores que la institución explora. Ha dicho que esas once grandes vigas pretensadas, que cosen y articulan dos de las naves de Casa del Lector, además de ser soporte de parte de las áreas expositivas, de estudio y documentación, "expresan y enfatizan lo que Casa del Lector quiere ser: una red de enlaces, un entramado de puentes que, como los que abrazan nuestro río, ahora tan brillantemente recuperado, conecten territorios comúnmente distantes, cuando no antagónicos: la lectura tradicional y la contemporánea". Estas vigas también simbolizan "el papel y la pantalla, el mundo profesional y el público en general, los niños y jóvenes y los adultos… En suma, un deliberado intento de generar cultura desde el encuentro, el diálogo y la convivencia de cuantos habitan y se nutren del cada día más plural y multimediático universo lector."
En este breve vídeo puedes ver la operación de instalación de los puentes.
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