|
El teatro Calderón de Peñaranda de Bracamonte, que ocupa un lugar destacado en la programación cultural de la Fundación, ha contado en dos ocasiones con la presencia de la actriz y directora teatral Nuria Espert, que ha sido distinguida con el IV Premio Fernando Lázaro Carreter creado por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez.
Nuria Espert se ha hecho acreedora del premio instituido para contribuir a mantener viva la memoria del eminente intelectual Fernando Lázaro Carreter, fallecido el 4 de marzo de 2004, por "su excelente trayectoria profesional y por su brillante aportación a las distintas facetas del arte dramático, méritos todos ellos que tanto apreció Fernando Lázaro Carreter en su dedicación al teatro".
En virtud de un convenio con el Ayuntamiento de Peñaranda, tanto el Calderón como el Teatro de la Fundación forman parte de la Red de Teatros de Castilla y León, y a través de ella, de la Red Nacional de Teatros. Además, la Fundación Germán Sánchez Ruipérez se ocupa de la gestión técnica, la programación y la administración del Teatro Calderón desde su reapertura en 1991.
Fue precisamente gracias a esta organización que el 4 de octubre de 1994 Nuria Espert, junto con María Jesús Valdés, representó en el Teatro Calderón El cerco de Leningrado, obra original del dramaturgo José Sanchís Sinisterra, con gran éxito de público. Nuria Espert subió nuevamente al escenario del Teatro Calderón el 10 de diciembre de 1998, esta vez en solitario, para poner en escena Master Class, obra original de Terrence McNally, dirigida por Mario Gas.
Actualmente Peñaranda de Bracamonte cuenta con dos teatros, uno público, el Calderón de la Barca, y otro privado, el Teatro de la Fundación que desde hace más de dos décadas han reavivado la afición de los peñarandinos por el teatro.
Cuando el Teatro de la Fundación abrió sus puertas en 1989, Peñaranda llevaba cincuenta años sin tener un espacio escénico estable. En la ciudad había aficionados incondicionales que, para ver teatro, se desplazaban a Salamanca o incluso a Madrid. Los menos pudientes en cambio, tenían que esperar a la semana de ferias para poder ver alguna de las obras que las compañías ambulantes representaban en Peñaranda. En su primera temporada, el recinto estrenó once obras y en las siguientes tres temporadas programó u total de doscientos cincuenta actos culturales entre representaciones teatrales, recitales, ballets o conciertos de música clásica.
Si durante esos primeros años el Teatro de la Fundación estimuló la afición teatral de los peñarandinos, la reapertura del Teatro Calderón de la Barca, en 1991, significó la consolidación definitiva de esa declarada pasión. Tras la Guerra Civil y durante treinta años, el Calderón permaneció cerrado y utilizado como almacén de muebles hasta que se hizo posible la restauración gracias a un convenio entre el Ayuntamiento de Peñaranda y el entonces Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Desde entonces comienzan a ser habituales en los escenarios de Peñaranda piezas de autores españoles y extranjeros, desde Cervantes a Brecht, pasando por Buero Vallejo o Molière, Quevedo o Ionesco; Valle Inclán o Darío Fo; compañías como Tricicle o Corsario; directores como Miguel Narros, Juan Margallo o Helena Pimienta o actores de la categoría de Nuria Espert, Berta Riaza, Juan Echanove, Charo López, Emilio Gutiérrez Caba, Juan Luis Galiardo o Rafael Álvarez, el Brujo. Anualmente también se celebra el Encuentro de Teatro Joven de Castilla y León. |