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El Centro Internacional del Libro Infantil y Juvenil de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez y la Dirección Provincial conjunta del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) y de la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS) de Salamanca han suscrito un convenio que refuerza el compromiso mutuo para potenciar los servicios de lectura instalados en varios centros de salud, que funcionan bajo la cobertura del programa Leyendo Espero.
Se trata de un espacio de lectura a disposición de los ciudadanos que acuden a estas dependencias a realizar trámites administrativos y, que en ocasiones, van acompañados de niños de corta edad y acompaña la inauguración de un nuevo módulo de biblioteca del programa Leyendo Espero del CILIJ.
El nuevo módulo se pone en marcha en la propia sede de la Dirección Provincial conjunta del INSS y de la TGSS de Salamanca, situada en el Paseo de Canalejas, n.º 129 de esta ciudad. Un espacio de lectura a disposición de los ciudadanos que acuden a estas dependencias a realizar distintos trámites administrativos y, que en ocasiones, van acompañados de niños de corta edad.
Con esta nueva instalación, que se une a las que ya funcionan en las salas de espera de las consultas pediátricas en Centros de Atención Primaria, el programa suma cinco módulos. Cada uno cuenta con un armario-estantería, accesible durante el horario de atención al público, que alberga un fondo variado y cuidadosamente seleccionado de entre 150 y 200 títulos (cuentos, libros informativos, álbumes ilustrados, cómic…), acompañado de unas sencillas normas de utilización.
Leyendo Espero es una experiencia que la Fundación desarrolla en varios centros de salud de Salamanca capital y provincia, a través de la cual pretende acercar los libros a los niños en lugares no comunes de lectura que trascienden el espacio escolar y bibliotecario.
El programa cumple con el objetivo de abrir nuevos espacios para compartir y disfrutar de la lectura en familia y reforzar su carácter de actividad social y de fuente de entretenimiento para los más pequeños. Las salas de pediatría se convierten en sitios propicios para que padres e hijos compartan una lectura breve que les distraiga y haga más llevadero el tiempo de espera.
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