La Feria del Libro de Londres quiso abrir un espacio a lo exótico y en la conferencia Publishing for Digital Minds (PDM) ofreció una perspectiva sobre “ Ones to watch”, es decir, mercados que no hay que perder de vista por su carácter emergente como Rusia, Corea (país invitado de honor en la Feria), China y México.
La conferencia Publishing for Digital Minds, celebrada como pórtico a la London Book Fair 2014 el lunes 7 de abril, presentó una característica común con los primeros compases de la parte ferial: el predominio absoluto de la presencia de la industria británica y estadounidense. Quizá este año la cita londinense haya tenido el matiz más anglosajón de los últimos años, a través de los espacios, del programa profesional y de los enfoques y alianzas planteados con el mundo audiovisual representado por Cartoon Network, BBC, ITV, Youtube y otros medios.
La totalidad de los ponentes de la conferencia PDM eran anglosajones, con excepción de los participantes de la conferencia “Ones to watch”. Este panel no ha merecido mucha atención por los medios que se han ocupado de analizar la PDM pero para LecturaLab constituye una pieza importante por sus indicaciones para los mercados emergentes de Latinoamérica y por el enfoque relativo a la piratería que no parece afectar demasiado al entorno anglosajón.
La presentación referida a la situación en Rusia, y al caso de una empresa en concreto, fue enunciada por Sergei Anuriev, director de LitRes, una e-distribuidora y plataforma de venta de ebooks y audiolibros que incluye la mayor parte de los catálogos de las casas editoriales del país. Rusia es un mercado gigantesco para el libro digital porque ocupa la cuarta posición mundial en cuanto al número de usuarios de internet del mundo.
La compañía LitRes ha vendido dos millones de ebooks a lo largo de 2013 y esto es indicador de que el mercado ruso del libro digital es ya una realidad, que ha alcanzado para esta empresa los quince millones de dólares en el año pasado. La distribuidora tiene un catálogo de 90.000 títulos disponibles, correspondientes a doscientos cincuenta editores de ebooks. ( Véase LecturaLab)
Pero, sin lugar a dudas, el asunto más llamativo, y el que ocupó la mayor parte de su intervención, fue la realidad de la piratería en ese país y las soluciones que su empresa propone. Una buena parte de la audiencia observó con asombro como LitRes plantea su estrategia de marketing a través de los canales ilegales o de libros piratas. La razón principal es que los lectores rusos encuentran mucha más variedad y mejor servicio en los canales ilegales que en las soluciones formales.
Anuriev expuso los datos de un estudio sobre el mercado ruso de los ebooks, caracterizado por una serie de indicadores alejados de los mercados más maduros, pero dotado de un potencial interés nada desdeñable por sus dimensiones gigantescas. Quizás el punto más interesante fue que entre los lectores que han decidido pasarse a la compra legal de libros el motivo más citado para abandonar la piratería es el de apoyar al autor (mencionado por el 30 por ciento de los encuestados).
Fue también notable la descripción que Anuriev aportó de lo que podría denominarse el círculo vicioso de la piratería:
- Los editores no están interesados en publicar ebooks.
- Por lo tanto ofrecen pocos ebooks legales.
- Los lectores prefieren los piratas porque la oferta es mucho mayor.
- Así pues las colecciones de ebooks piratas crecen y los editores que ofrecen ebooks legales pierden clientes.
- Como consecuencia de lo anterior el mercado es pequeño y hay pocas ventas.
- Y esto implica que los editores no están interesados en publicar.
Su conclusión es que contra la piratería deben hacerse mejores productos, identificar las prioridades de los lectores o causas de la piratería y usar a los piratas para aumentar la audiencia. |