La web se tambalea, pero no por las apps, como algunos piensan. La pobre programación de algunos desarrolladores es lo que pone en peligro a la web. Este argumento es defendido por Matt Asay, programador y columnista en ReadWrite.
Todos tenemos la experiencia de acceder a un sitio web y tener que esperar porque tarda en cargarse, se producen algunos errores o no llega a cargar. Este fenómeno, anterior a la aparición de las apps, hace que los usuarios, cada vez más exigentes, acaben desistiendo. El problema se ha extendido con la popularidad de los smartphones, desde los que cada vez más gente accede a la web: cuando solicita a una página no optimizada para móviles y no encuentra rápidamente lo que busca, el usuario se va.
Para algunos la causa del problema está en la «vaguería» de los desarrolladores, que siempre tienen múltiples excusas para optimizar el comportamiento de sus páginas: la falta de tiempo, las exigencias de los clientes, los presupuestos o la insuficiencia de medios. Hay quienes también señalan lo fácil que es crear una página web, algo que puede hacer cualquiera, sin muchos conocimientos y con pobres resultados.
«El 25 por ciento de los usuarios abandonan una página web si tarda en cargarse más de cuatro segundos y el 86 por ciento borra las aplicaciones que se comportan de manera pobre», explica Pratul Dublish, jefe de Productos en Google. Sea cual sea la causa, el resultado siempre es el mismo: una web pobre y lenta, en comparación con la agilidad y rapidez de las apps.
Empresas como Google y Apple están creando herramientas de uso público para mejorar el rendimiento de las páginas web. Google dirige sus esfuerzos a los usuarios de dispositivos móviles: el año pasado introdujo la idea de asignar una etiqueta a los sitios web optimizados para móviles, incluso experimentaron puntuando mejor en su ranking las páginas mobile-friendly. Además, anunciaron el lanzamiento de Google Cloud Trace, una herramienta para diagnosticar problemas. Apple ha publicado WKWebView, que promete mejorar el comportamiento de las aplicaciones web.
Hacen falta más utilidades como las de Google y Apple, concluye Asay, pero también que los desarrolladores se tomen su trabajo en serio y consideren el rendimiento de las páginas web como una prioridad. |