Jean Nelson, jefa de Programación pública, Marketing y Comunicación de las Bibliotecas de la Universidad de Connecticut, señala en el blog de la institución que como los costes de los libros de texto universitario siguen aumentando –estiman que han subido el 812 por ciento o más de tres veces la tasa de inflación desde 1978–, muchos estudiantes están optando por no comprar los libros de texto, poniendo en peligro su éxito en el aula.
Por esas razones y con el objetivo de investigar la manera de informar a estudiantes y profesores sobre el valor de los recursos educativos abiertos (REA), como es el caso de los libros de texto de código abierto, los estudiantes agrupados en UConnPIRG y el Undergraduate Student Government (USG) han puesto en marcha esta iniciativa en la Universidad de Connecticut.
Nelson subraya que, a diferencia de los libros de texto tradicionales, los libros de texto de código abierto están elaborados a partir de contenidos recogidos de diversas fuentes que están disponibles gratuitamente en línea y el uso es accesible para todos.
Añade que a finales del año pasado USG inició el movimiento al votar unánimemente la formación de un comité para explorar el uso de libros de texto de código abierto.
El comité está dirigido por Martha Bedard, vicerrectora de Bibliotecas de la Universidad de Connecticut y el coordinador de UConnPIRG para libros de texto, Toyin Akinnusotu.
Para fortalecer aún más su compromiso –agrega Nelson–, USG aprobó una resolución el 11 de marzo de 2015, instando a los profesores a presentar a tiempo sus requerimientos de libros a la Universidad, un requisito para todas las instituciones que reciben fondos federales.
"Estas son resoluciones importantes que los estudiantes de UConn deben comprender", dijo Daniel Byrd, miembro de USG. "A medida que el coste de los libros de texto sigue aumentando de forma exponencial, es nuestra responsabilidad hacer lo que podamos tanto para fomentar el uso de libros de texto de código abierto como para garantizar la divulgación de información sobre los costes de los libros de texto".
Por su parte Martha Bedard, que ha estado involucrada en el movimiento de acceso abierto durante más de una década, ha dicho que "la biblioteca es el lugar natural para facilitar a los estudiante este esfuerzo respecto centrado en los libros de texto abiertos".
"Hemos visto un aumento continuo de los costes de los recursos para la educación superior y al igual que les ocurre a los alumnos, las bibliotecas no pueden darse el lujo de proporcionar todos los recursos solicitados por profesores y estudiantes".
Bedard ha destacado los avances en la cantidad de recursos de alta calidad disponibles gratuitamente y confía en que la adopción de libros de texto de código abierto no comprometerá una educación de calidad y, a su vez hará una gran diferencia para los estudiantes".
Según un informe publicado recientemente por los PIRG, un estudiante universitario gasta en promedio entre 1.200 y 1.300 dólares en los libros de texto y materiales de cada año, uno de los mayores gastos que deben afrontar de su propio bolsillo.
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