El Condado de Douglas en el estado norteamericano de Colorado, ha decidido crear su propio sistema de distribución de libros electrónicos en sus bibliotecas y así crear una alternativa a las omnipresentes plataformas proveedoras OverDrive y 3M. David Rothman presenta y analiza esta experiencia en un artículo publicado en TeleRead.
Los libros digitales, de audio y vídeos no se encuentran en el catálogo principal de las bibliotecas. Además, hoy estas deben de estar muy pendientes de su suscripción con OverDrive para evitar perder el acceso a todos los materiales ya sea por un lapsus o por los recortes en sus presupuestos –explica Rothman.
Lo ideal sería, continúa, que existiese un sistema local de bibliotecas en el que se pudiese:
- Alojar los eBooks en lugar de confiar esta labor a una empresa como OverDrive.
- Comprar libros directamente a los editores y así conseguir mejores precios.
- Proporcionar servicios DRM de Adobe. Aunque a este respecto, David Rothman manifiesta “su odio” a este sistema, debido principalmente a los inconvenientes que ocasiona a la mayoría de los lectores de eBooks.
- Ofrecer herramientas de búsqueda mucho más potentes que las que facilita OverDrive, a las que se les puede añadir el software de código abierto para bibliotecas VuFind.
- Permitir leer en línea los libros que se alojan en el sistema. De esta manera explica Rothman, un usuario no estaría limitado por la política de “los cinco dispositivos de Adobe” y podrían disfrutar de servicios como el de recordarle dónde dejó la lectura de un libro.
En el caso del Condado de Douglas, esta nueva alternativa no ha hecho nada más que empezar, pero está sirviendo de inspiración a otras tantas bibliotecas como las del estado de California. También es cierto, señala Rothman, que la ruptura con OverDrive y 3M por parte de la red de bibliotecas de este condado, no se ha realizado todavía al cien por cien y necesita de cierto “pulido”. Entre algunas de sus deficiencias, apunta este especialista, destaca el hecho de que el sistema de lectura online de estas bibliotecas no ofrece el mismo grado de experiencia que OverDrive y 3M. “Sólo pude contar con un tamaño de letra, lo que puede suponer una dificultad para muchas personas” –añade. También este experto recomendó a Monique Sendze, directora asociada de TI, que el sistema contase con un área parecida a la que ofrece OverDrive y optimizarla para los navegadores ocasionales. “Me gustaría poder contar con más información en la parte más adelantada de la página y así no serían necesarias la estructuras en esquemas” –explica.
David Rothman ve en esta experiencia muchas posibilidades, ya que en su opinión cuantas más cosas puedan hacer las bibliotecas públicas americanas por su cuenta, mayor poder de negociación tendrán ante empresas como OverDrive. De momento, y según han explicado Monique Sendze y el director de la Red de Bibliotecas del Condado de Douglas, Jamie LaRue, ya han conseguido descuentos de entre un cuarenta y un cuarenta y cinco por ciento de la mayoría de los editores, lo que ha supuesto una recuperación rápida de la inversión inicial que se realizó. Rothman cree que a largo plazo, la mejor solución sería un sistema nacional de bibliotecas digitales, pero siempre respetando la autonomía de los sistemas locales y estatales. Esto podría ofrecer la posibilidad de que las bibliotecas públicas realicen compras conjuntas, además de la creación de una infraestructura compartida y la organización de los servicios técnicos para todas las bibliotecas.
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