Seis autores norteamericanos han expresado su preocupación ante el creciente poder de Amazon y su actitud en el conflicto con Hachette, durante las jornadas profesionales del Festival America, organizado en la ciudad francesa de Vincennes con el patrocinio de la revista Livres Hebdo.
En las reuniones profesionales celebradas antes de la apertura del Festival América, que tuvieron lugar el jueves 11 de septiembre, los autores norteamericanos Rick Bass, Joseph Boyden, Craig Davidson, Amy Grace Loyd, Claire Messud y Adelle Waldman fueron invitados a comentar el conflicto entre Hachette y Amazon en los Estados Unidos, un tema sobre el que unos mil escritores tomaron posición en una carta abierta.
La información, que publica Livres Hebdo, indica que Claire Messud, editada por Random House en los Estados Unidos, y una de las firmantes de la petición para que Amazon ponga fin al conflicto con Hachette que afecta a los escritores, tuvo conocimiento del problema por Virago, su editor Inglés, propiedad de Hachette, y después recibió una carta del autor Douglas Preston, el impulsor de la petición."Él me contó que algunos de mis colegas escritores no querían firmar, por temor a ser castigados por Amazon; eso revela el peso de esa empresa, un poder enorme y aterrador" –comentó Messud.
Douglas Preston, que está detrás de la campaña Authors United, antes de la conferencia envió un correo electrónico a los escritores franceses, para agradecerles su apoyo, y señaló que 2.500 autores y 7.000 títulos se han visto afectados por el conflicto. Las ventas de su libro han caído una media del 75 por ciento. "Es como un poder que nadie consideró fascista y que en última instancia se vuelve fascista" –ha dicho el autor.
Rick Bass ha señalado que en los Estados Unidos hay una enorme diferencia entre las regalías por los libros de tapa dura y los libros electrónicos. Subrayó que la situación "es bastante preocupante, porque quien quiera que gane la guerra entre Amazon y las grandes editoriales, el autor siempre estará en un estado deplorable y las pequeñas librerías en problemas".
Adelle Waldman advirtió a la audiencia acerca de "la brecha entre la percepción pública de Amazon y su potencia real. Mucha gente cree equivocadamente que es David frente a Goliat, probablemente porque empezó como una pequeña empresa". A su juicio, Amazon trabaja su imagen como si fuera una herramienta democrática, pero –aseguró– "es una amenaza para el mundo de los libros".
Amy Grace Loyd opinó que "Amazon es el resultado de la cultura norteamericana, profundamente romántica, que ve crecer a la pequeña empresa nacida en un garaje y que está cambiando nuestra forma de pensar". También dijo que la idea es atractiva y como soy escritora y editora, cuando llegó Amazon, como el resto del sector editorial, estaba bastante contenta.
En tanto, Joseph Boyden afirmó que "Amazon es el capitalismo en el trabajo, que encontró un hueco en el mercado donde pudo establecerse" y preguntó "¿a quién debemos culpar por esto?". Alentó a los asistentes a no hacer en Francia lo que se ha hecho en los Estados Unidos, "¡No os enfrentéis a las grandes multinacionales!" –dijo. Su amigo Craig Davidson compara la situación con Amazon con un cáncer. "Ahora mismo está controlado, tengo un buen tratamiento, pero está ahí, se desarrolla, y un día se generalizará".
Para finalizar, Johanna Ingalls, editora de Brooklyn, se unió a los ponentes para recordar que "la situación se complica porque muchos editores juzgan a Amazon pero algunos se olvidan de cuestionarse a sí mismos" aunque reconció que hay pequeñas casas editoriales que muestran un espíritu pionero, crean nuevos métodos, y trabajan con autores menos conocidos".
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